domingo, 2 de octubre de 2011

Psicología, dignidad y técnicas de ligue


Los psicólogos somos esos profesionales de la salud mental, completamente incomprendidos y que solo existen para dar una respuesta a los pacientes que éstos ya conocen y cobrar fácilmente un dineral después de una hora de insufrible cháchara. Estas entre otras millones de creencias populares hacen de esta profesión la mierda entre las mierdas dentro del ámbito clínico. No obstante este tipo de cosas al contrario de lo que la gente piensa no suelen ofender a los psicólogos, es algo que se obvia y que incluso están incluidas en letra pequeña en la parte de abajo del título universitario. Lo que si molesta al psicólogo es algo más mundano, una situación que se puede dar perfectamente en un bar conversando con una chica guapa, con una o cuatro copas de más, mientras suena alguna canción pachanguerosa de fondo:

“¿¡ah sí!? ¡Psicoanalízame por favor!”

Tras este comentario absolutamente inocente y sin maldad alguna se esconde el punto débil del profesional, es un ataque directo a sus principios, toda su formación se pone en duda por un comentario de, fíjate tu, una niñata subnormal que no tiene ni puta idea del mundo que le rodea… ¡Ignorante! Como un resorte, la respuesta del psicólogo es automática, y en la gran mayoría de los casos, se encuentra impregnada de dos cosas: hostilidad y altanería. Ahora y en el transcurso de toda la noche, toca educar a esta apócrifa del conocimiento.

Amigos psicólogos, el orgullo y la dignidad son conceptos sobrevalorados, nuestra profesión está tan hecha polvo que no merece la pena el esfuerzo, sobre todo, cuando se tiene una oportunidad tan obvia de practicar la cópula esa noche. ¡Dale lo que quiere! ¡Úntale su cerebro podrido con la miel obtenida de su egocentrismo! Tienes las herramientas, úsalas:
  • Habla de sus reacciones fisiológicas naturales: Dilatación pupilar, rubor… aunque obviamente sean efectos secundarios del alcohol o de las drogas, el truco está en descontextualizarlo todo. Ejemplo: “Veo que tus pupilas están dilatadas, muy bien, eso significa que estás atenta a lo que te estoy diciendo, gracias, te lo agradezco, así para mi será mucho más fácil explicarme”
  • Los gestos. Lo mejor de todo el asunto de la gestualidad es que aunque no se vea nada de eso en la carrera, puedes inventártelo todo. Al fin y al cabo, y a ojos de los desconocedores de la psicología, eres un experto. Cruzarse de brazos, mirar hacia arriba, tics… hay material de sobra
  • Defectos y virtudes. Tan sencillo como repetirle lo que le lleva diciendo su madre toda su vida. En proporción 3-1 2-1 (Tres cosas buenas, una mala, dos cosas buenas y una mala) Tampoco queremos que se nos vea demasiado el plumero. Ejemplo: “Creo que eres una chica inteligente, espabilada y que no tiene miedo a nuevos retos, eso sí me parece que eres un poco testaruda”
Desde que empecé primero de carrera he intentado aplicar estas tipo de técnicas en situaciones sociales parecidas a la presentada, obteniendo un resultado negativo en la gran mayoría de ellas (siendo sincero en todas) Más adelante descubrí un error de base en esta forma de cortejar a las féminas: el desconocimiento a la psicología correlaciona directamente con un perfil de chica que prefiere mandar a la mierda a modernos pretenciosos como yo.


Y es que amigos, como expondré en posteriores entradas, he hecho muchas cosas en mi vida para poder fornicar más y que luego no han dado el resultado esperado… convertirme en psicólogo fue la primera.

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